El 11 de marzo de 2003 el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura acuerda proponer ante la Unesco la designación de Monfragüe como Reserva de la Biosfera, obteniéndose su declaración el 9 julio de ese mismo año. La rapidez de este proceso hay que entenderla por los altísimos valores del área propuesta y por el conocimiento de los mismos y grado de gestión y de actuación en el ámbito internacional que se tiene sobre el Parque Nacional de Monfragüe y su entorno. Un espacio natural protegido que está integrado en su totalidad en dicha Reserva y que constituye una parte fundamental de su núcleo.
La Reserva de la Biosfera Monfragüe ocupa una superficie de 116.160 Has., siendo la sexta en superficie de las existentes en España.
A vista de pájaro, estaríamos ante un mar de encinas y alcornoques con unos cursos fluviales en el centro, bordeados por una cadena de sierras con laderas de solana, de vegetación pobre y laderas de umbría con exuberante matorral mediterráneo.
El área central constituye la zona núcleo de la Reserva con una superficie de 12.830 Has., todas ellas en el interior del Parque Nacional de Monfragüe, coincidiendo con la desembocadura del Río Tiétar sobre el Tajo. A ambos lados de estas venas fluviales que junto a las dehesas, generan la vida en este espacio natural, se suceden una serie de pequeñas montañas que no sobrepasan los 800 metros de altitud y en las que desde tiempo ancestral el único aprovechamiento fue el corcho y la caza mayor como principal actividad económica; lo que dio lugar a la existencia de amplias manchas de matorral mediterráneo por las que prácticamente, el hombre no transitaba, salvo una vez cada diez años para la saca de corcho y una vez más al año en la actividad venatoria.
La zona tampón ocupa una superficie de 15.360 Has., abarcando también parte del Parque Nacional y parte del área de influjo socioeconómico del mismo. Esta zona coincide con las solanas del sur, cubiertas de vegetación xerófila, matorral pobre y arbolado disperso de encinas y acebuches en las sierras, y encinares adehesados en los llanos. Por el norte, encontramos umbrías de vegetación puramente mediterránea y áreas en las que se ha puesto un riego racional en el que el equilibrio entre Hombre y Biosfera ha enriquecido la existencia de especies faunísticas y de flora autóctona para la zona.
La zona de transición abarca una superficie total de 87.970 Has., englobando parte de área de influjo socioeconómico del Parque Nacional y parte de otros términos municipales.
En las dos últimas zonas se manifiesta, como en pocos lugares, la armonía entre el Hombre y su medio; aquí la especie humana supo construir el más rico de los ecosistemas conocidos: la dehesa. Quizás no exista otro tan biodiverso en la Península Ibérica, pues en él, las cadenas tróficas son más completas, la vida bulle en primavera como en pocos lugares; para el visitante de la dehesa, en esta época resulta difícil de olvidar la chillería de pajarillos, el zumbido de las aves rapaces o el ruido de la huída de ciervos y jabalíes.
Las 116.160 Has., afectan a catorce términos municipales.y a un total de 12.452 habitantes. Estos 14 términos son los de Casas de Millán, Casas de Miravete, Casatejada, Deleitosa, Higuera de Albalat, Jaraicejo, Malpartida de Plasencia, Mirabel, Romangordo, Saucedilla, Serradilla, Serrejón, Torrejón el Rubio y Toril.
Si bien, el grupo de las aves es el más conocido en Monfragüe, no debemos dejar a un lado el de los mamíferos que frecuentemente es fuente de alimentación para las grandes aves. De ellos hemos de destacar tres especies cinegéticas de gran interés para la economía de la zona como son el ciervo, el jabalí y el corzo, escaso hasta el día de hoy aunque presenta un ligero crecimiento. Especies cinegéticas propias de la caza menor como son el conejo y la liebre tienen un gran interés como piezas presa para los distintos depredadores de la Reserva.
Entre los vertebrados ibéricos, los dos grupos citados, aves y mamíferos, son los más atractivos para el visitante de la Reserva, pero hay que tener presente también la existencia de un buen número de especies de reptiles, anfibios y peces; casi todas aquellas propias de estas latitudes.
En esta descripción de los valores naturales de la Reserva de la Biosfera Monfragüe, hemos de mencionar también el hallazgo de unos 105 abrigos con pinturas rupestres, datadas de 5000 a 3000 años antes de Cristo, lo que refuerza más la teoría de que esta zona, precisamente por su quebrada orografía, siempre fue habitada por el hombre, especialmente cuando necesitaba estar cerca de unos animales de los que se alimentaba.
Más información:
Web de la Junta de Extremadura.
Web de la Diputación de Cáceres.
Fuente: Web de la Consejería de Extremadura.